lunes, 22 de junio de 2009

Leyendo a Vigotsky











Capítulo 7
CREACIÓN TEATRAL EN LA EDAD ESCOLAR

La dramatización, o la creación teatral infantil es lo que más cerca

está de la creación literaria infantil. Junto a la creación literaria,

la dramatizaci6n o la representación teatral constituye el tipo de

creación infantil más frecuente y divulgado y se entiende que

está más cercano al niño, por dos cuestiones fundamentales:

en primer lugar, el drama fundamentado en las acciones, en

los hechos realizados por el propio niño, vincula de manera más

efectiva y directa la creación artística con la vivencia personal.
"La forma dramática de poner fin a las impresiones de la vida

-dice Petrova- se encuentra en lo íntimo de la naturaleza

de los niños y se expresa espontáneamente, independiente del

deseo de los adultos. Las impresiones interiores del medio

circundante son captadas y concretadas por el niño de forma

imitativa. Para los rasgos espirituales inconscientes tales como

el heroísmo, la audacia y el sacrificio, el niño crea situaciones

y atmósferas con la fuerza del instinto y de la imaginación que

no le brinda la vida. Las fantasías infantiles no quedan en la

esfera de las ilusiones, como en los adultos. Cada idea e

impresión, el niño quiere encarnarla en modelos o patrones vivos

y acciones."
De esta manera, en la forma dramática, se manifiesta con mayor

claridad el conjunto completo de aspectos de la imaginación sobre

los que hablamos en el capítulo primero. Aquí la imagen creada con

los elementos de la realidad se materializa y se realiza de nuevo,

aunque condicionalmente, el deseo de realizar la acción, de materializarla

, que se esconde en el propio proceso de imaginación aquí encuentra

su completa concreción. El niño que ve un tren por primera vez

escenifica sus impresiones: desempeña el papel de la locomotora,

golpea, silba tratando de imitar lo que vio y esta escenificación de

la impresión le brinda un gran placer. El autor que citamos habla de

un niño de nueve años que al saber lo que era una máquina

dragadora o excavadora hizo las veces de esta durante varios días:

adoptaba con su cuerpo la forma de una rueda; movía los brazos

con frenesí y las manos con los dedos unidos, eran las paletas de la

rueda que sirven para cavar la tierra. A pesar de la fatiga provocada por

este ejercicio, el niño se dedicó al mismo durante un largo paseo por la

ciudad y lo repitió constantemente en la casa y en el área de juego

cercana a esta. El agua que corría por los contenes de las aceras le

inspiraba aún más: le parecía que dragaba "canales y lechos de ríos"

solo se detenía para desempeñar el papel del obrero que guiaba la

máquina y la dirigía a "dragar un nuevo río" y después hecho un ovillo

hacía las veces de la máquina incansable que trabajaba con sus "paletas".

Otra niña con sus pies metidos en la arena, parada e inmóvil, con los

brazos pegados al cuerpo decía: "Yo soy un árbol que crece; estas son

las ramas, estas son las hojas -las manos de la niña comienzan a

elevarse poco a poco abriendo los dedos- ¿ves?, el viento me mece,

y el árbol comienza a inclinarse y a agitarse con sus hojas-dedos."
Otro motivo de proximidad de la forma dramatizada con el mundo

infantil viene dado por la relación de toda escenificación con el

juego. La dramatización está más ligada que cualquier otra forma de

creación con el juego, donde reside la raíz de toda creación infantil

y es por ello la forma más sincretizada, es decir contiene en sí elementos

de los más diversos tipos de creación. A propósito, en esto consiste

el gran valor de la escenificación teatral infantil que da el motivo y el

material para los más diversos tipos de creación infantil. Los propios niños

crean, improvisan o ensayan una pieza, improvisan los papeles y a veces

escenifican algún material literario, esta creación literaria de los niños les

resulta necesaria y comprensible porque adquiere sentido como parte

de un todo. Esta es la preparación o la parte natural de un juego

verdadero y recreativo. La confección de accesorios de teatro, decorados

y trajes brinda campo para la creación técnica e imaginativa de los niños

que dibujan, trabajan en modelado, recortan, cosen y de nuevo todas

estas actividades cobran un sentido y objetivo como parte de un ideal

general que emociona a los niños. Por último, en el propio juego

que consiste en la representación de los personajes, se realiza todo

este trabajo que le brinda su expresión completa y definitiva.

"Los ejemplos mostrados -dice Petrova- muestran de manera suficiente

hasta qué punto es eficaz el modo de transformación gradual del mundo

que es propio de los niños.

El juego es la escuela de la vida del niño, lo educa espiritual y

físicamente; su importancia es enorme para la formación del carácter

y la comprensión del mundo del hombre futuro. El juego podemos

analizarlo como la forma primaria de escenificación o dramatización,

que se distingue por la valiosa particularidad de que el artista, el

espectador, el autor de la pieza, el escenógrafo y el técnico se unen

en estos casos en una misma, persona. En el juego la creación del

niño tiene carácter de síntesis, su esfera intelectual, emocional y

volitiva está estimulada con la fuerza directa de la vida y al mismo

tiempo sin tensión excesiva de su psiquis."

Algunos pedagogos se han manifestado contrarios categóricamente

a la creación teatral infantil, han señalado el peligro de que este

medio pueda propiciar el desarrollo temprano de la vanidad infantil,

la artificialidad, etc., y en realidad, la creación teatral infantil cuando

trata de reproducir directamente las formas del teatro de adultos

resulta poco apropiada para los niños. Comenzar por un texto literario:

la memorización de palabras ajenas, como lo hacen los actores

profesionales, de palabras que no siempre están al alcance de la

comprensión y del sentimiento del niño encadena la creación

infantil y lo convierte en un transmisor de palabras ajenas

mediante un texto obligado. Es por eso que los niños entienden

mejor las piezas creadas e improvisadas por ellos mismos en

el proceso de creación, aquí son posibles las más diversas

formas y grados que van desde el texto literario elaborado y

preparado con anterioridad hasta el fácil apunte de cada papel

que el propio niño en el proceso del juego debe desarrollar

improvisadamente en un nuevo texto literario. Estas piezas

serán, inevitablemente, más incoherentes y menos literarias

que las piezas preparadas, escritas por escritores adultos,

pero tendrá como ventaja el que surjan en el proceso de

creación infantil. No debemos olvidar que la le y fundamental

de la creación infantil consiste en que su valor hay que verlo

como resultado en el propio proceso y no como un producto

de la creación, lo importante no es lo que creen los niños, lo

importante es que crean, que ejercitan la imaginación creadora

y la materializan. En la escenificación hecha por los niños

en la actualidad, todo desde la cortina, hasta el desarrollo

de la obra, debe ser hecho por las manos y la imaginación

de los propios niños y solo entonces la creación dramática

alcanzará toda su importancia y toda su fuerza.

Como ya ha sido señalado, alrededor de las escenificaciones

se van formando y organizando los más diversos componentes

de creación infantil: el técnico, el plástico-escenográfico,

el oral y la dramatización en todo el sentido de la palabra.

El valor propio de los procesos de creación infantil se

pone de manifiesto claramente en que los aspectos

secundarios, como por ejemplo, el trabajo técnico de

preparación de la escena cobra para el niño una importancia

igual a la que tiene la pieza y el juego.

Petrova hace un relato de una escenificación escolar y del

interés que los niños manifestaron por el trabajo técnico

relacionado con ella: "Para hacer perforaciones -dice ella-

hay que conseguir un instrumento que no siempre se encuentra

en la escuela: el berbiquí. El proceso de taladrado es fácilmente

dominado hasta por los más pequeñitos, este sencillo

procedimiento técnico me fue enseñado por los preescolares.

El berbiquí traído por mí casualmente hizo época en la vida del

grupo: los niños taladraron con él cubos y tablitas y después

los unían con palitos en diferentes combinaciones. De los

huecos se elevaron bosques, jardines y cercas. El berbiquí

a los ojos de los niños era una maravilla de la técnica..."

Hay que dejar que los niños hagan, de igual modo que la pica

toda la ambientación material del espectáculo y de la misma

manera que el encadenamiento de los niños a un texto ajeno

provoca una ruptura en su orientación psicológica, asimismo

el objetivo y el carácter principal del espectáculo deben ser

conocidos y comprendidos por ellos. El niño se sentirá atado

y turbado por las tablas y todas las formas exteriores del

teatro de adultos si este se traslada directamente a la escena

infantil. El niño es mal actor para los demás. Todo el

espectáculo hay que organizarlo de forma que los niños

sientan que actúan para sí, se sientan atrapados por el interés

de este juego y por su propio proceso y no por el resultado

final, el mayor premio del espectáculo debe ser la satisfacción

experimentada por el niño cuando lo prepara y durante el

propio proceso del juego y no por el éxito o el beneplácito de su

labor ante los adultos.

De la misma manera que los, niños para escribir obras literarias

deben comprender para qué escriben, deben tomar conciencia

del objetivo de esa escritura, de igual modo el espectáculo

de los niños debe ser concebido para ellos con determinado objetivo.

"Una representación pioneril -dice Rives- no es actuar por actuar,

siempre persigue determinado objetivo, como por ejemplo la

presentación de una acción revolucionaria importante o de

un acontecimiento político, así como también la escenificación

del balance del trabajo del período finalizado: toda representación

pioneril que tenga este tipo de objetivo no puede dejar de

plantearse también los objetivos de la educación estética. Toda

representación pioneril, además de su finalidad divulgativa

propagandística debe contemplar también determinados aspectos

de la creación."

La narración, o sea, la creación literaria oral de los niños y la

dramatización en su sentido más estrecho, está muy próxima

a la forma dramática de creación infantil. El pedagogo

y educador Chicherín describe así una de las representaciones

infantiles: "Varias mesas han sido retiradas a un lado, sobre ellas

se han colocado los bancos; en una parte .se ha puesto un tubo

de cartón y una bandera, el gentío va subiendo al barco. Allí

dos muchachos se van para América, se han escondido en la

bodega (debajo de las mesas) están los maquinistas y el fogonero.

Sobre cubierta están el timonel, el capitán, los marineros, los

pasajeros (...). El vapor va a partir, silva su sirena y los puentes

se elevan. Los pasajeros sobre la cubierta se mueven rítmicamente;

además, en una parte por detrás se mueve la pizarra donde está

escrito mar. Aquí la importancia fundamental de los materiales

auxiliares estriba no en crear la ilusión de los espectadores,

sino en que el propio juego tome con valentía cualquier argumento

y pueda ser estructurado dinámicamente y cobrar vida."
Este espectáculo-juego se acerca mucho a la dramatización y se

asemeja tanto que a menudo las fronteras entre uno y otro se

pierden por completo. Sabemos que algunos pedagogos introducen

la dramatización como método de enseñanza, hasta tal punto esta

efectiva forma de imaginación mediante el cuerpo responde a la

naturaleza motriz de la imaginación infantil.